jueves, 25 de septiembre de 2008

TSS: Bajo los focos, y si todo se descubriera? by. hada azul

Introducción

Sus brazos me aprisionaron contra la puerta, impidiéndome escapar, mientras su boca recorría lascivamente mi cuello. Intenté separarle de mí, pero no tuve éxito.

-Oh, vamos Tom - me suplicó con aquella voz susurrante.

-No podemos, Bill. Es muy arriesgado. Ni siquiera han salido todas las fans del estadio aún.

Había sido un concierto perfecto. Los cuatro habíamos brillado sobre el escenario, y los gritos de las fans habían competido en potencia con los altavoces. ¿Qué mejor forma de celebrarlo que aquella? Aún así, era demasiado arriesgado, era mejor dejarlo para cuando llegáramos al hotel, donde nadie nos pudiera molestar.

El problema era que mi hermano no pensaba igual.

Se separó de mí y me miró con curiosidad.

-¿Cuál ha sido el lugar más extraño donde lo has hecho?

"¿Qué te pasa Bill Kaulitz? No eres de los que hablan en momentos así", pensé.

-No sé, en un ascensor, posiblemente -contesté sin saber de qué iba aquello.

-Esa vez no fue conmigo -hizo un mohín, que cambió por una seductora sonrisa - ¿No quieres probar en un camerino?

"Oh, vale, ya veo a dónde quieres llegar"

-No empieces otra vez. Gustav y Georg están en las duchas y... - interrumpió mis palabras atrapando mi piercing con sus dientes.

"Qué demonios" fue lo último que pasó por mi mente antes de entregarme a los besos de mi propio hermano.

Los dos sabíamos que yo era más salvaje. Mordí su cuello con afán vampírico, sin importarme la marca que le dejaría. No era la primera vez. Él introdujo las manos bajo mi camiseta, hasta llegar a mi pecho. Estaban mortalmente heladas en contraste con el calor de mi cuerpo. Le ayudé a quitarme la camiseta y le hice hacer lo mismo. Su piel era un poco más clara que la mía. Recorrí su pecho con mis labios, y le fui empujando ligeramente hasta que acabamos los dos en el suelo. Yo estaba sobre él. Su diminuto cuerpo parecía romperse ante mis besos.

Enredó sus brazos sobre mi cuello, acercándome aún más a él, mientras me besaba suavemente la comisura de los labios. Moví la cabeza para hacer que se encontraran e introduje mi lengua en su boca, jugueteando con su piercing. Nos besábamos suavemente, con dulzura. Nos costaba respirar.

En ese momento escuchamos un ruido detrás nuestra y, al volvernos, el flash de una cámara nos deslumbró.

Una foto de las dos estrellas más brillantes del panorama musical europeo en esa actitud. Podría hacer mucho daño. Pero me estoy adelantando a los hechos. Debería contar primero como acabé besando a mi propio hermano. Como acabé sintiendo esto por él.

Esta es mi historia.

1 comentario:

tomy! dijo...

hayy hayy!!
me encantoo!
espero que esos paparazzzis!
dejen en pas!!