sábado, 27 de septiembre de 2008

xXx La realidad de la locura xXx,by:.·Tom-&-Lore-&-Bill·.

xXx La realidad de la locura xXx

---|---|--- POV BILL ---|---|---

[..Prólogo..]

Abro los ojos despertando, me duele todo el cuerpo, como si me hubiera caído un coche encima…

¿Dónde estoy?, mientras intento hacerme una idea de mi paradero, noto que tengo algo clavado en el brazo izquierdo… dirijo mi vista hacía allí, encontrando un tubo delgado, lo sigo, hasta llegar a una bolsa con contenido líquido rojo, colgando de un palo de hierro, al lado de una cama con sábanas blancas, entre las cuales descansa mi cansado cuerpo…

¿Estoy en un hospital?

Cierro los ojos de nuevo mientras un suspiro escapa de mis labios al acomodarme de nuevo bien en la cama, era una habitación mediana, con una ventana, un lavabo y una sola cama…

Me acurruco entre las sábanas bostezando, haciendo que lágrimas se acumulen en mis ojos…

¿Qué hago en un hospital? ¿Qué me ha pasado? ¿Por qué no puedo a duras penas mover el cuerpo?

- ¿Bill? – Tom emerge de entre las sombras y la desesperación de momentos antes de diluye por completo – Has despertado...

- Sí… ¿Qué ha pasado?

- Tuvimos un accidente con el tour bus mientras volvíamos a casa… - En ese momento recordé algo, volvíamos de la gira y un coche del carril contrario se vino contra nosotros al salirse de su lugar... recuerdo un fuerte golpe... y luego nada más... ¿Cómo estaban Georg y Gustav? ¿Y donde estaban mamá y Gordon? – Georg y Gustav están bien… Y mamá y Gordon están en casa... - Explicó Tom, como si hubiese leído mis pensamientos - Ahora descansa… en un rato vendrán a verte…

- Vale... – Cerré los ojos relajado, siempre me había extrañado eso... por muy nervioso o preocupado que estuviese... siempre que notaba la presencia de Tom cerca... me calmaba... me relajaba completamente...

Sabía que Tom estaba en la habitación y aquello me confortaba, igual que a un niño le conforta que su madre le abrace ante una pesadilla... pero para mi, Tom lo significaba todo... por eso era el único que me daba esa paz...
xXx La realidad de la locura xXx
[..Capitulo 1..]

Estuve ingresado en el hospital casi 2 semanas... hasta que los médicos decidieron darme el alta... durante esas 2 semanas, mamá, Tom y Gordon venían a visitarme con regularidad... mamá y Gordon venían por las tardes... y Tom por las mañanas... para no dejarme nunca solo...

Cuando me dieron el alta no cabía en mi de mi jubilo... tenía una herida en la frente... el brazo izquierdo un poco débil y la pierna derecha escayolada... pero según el médico podría moverme sin problemas... y me sería más fácil recuperarme si estaba en casa...

Eran las 9 y 24 de la mañana... Tom venía a las 10 en punto... así que hice la maleta con velocidad y le pedí al médico que no avisase a mi familia... y esperé pacientemente a que Tom llegase... Quería darle la sorpresa...

Cuando Tom llegó, abrió la puerta suavemente... y entró con una sonrisa en el rostro... pero cuando me vio sentado en la cama y vestido con ropa de calle, vino rápidamente a mi...

- ¿Bill que haces así vestido? Ponte el pijama inmediatamente y túmbate en la cama... para recuperarte del todo debes descansar...

- Tom!! El médico me ha dado el alta!! – Le dije con una alegría inmensa, no os podéis ni imaginar las ganas que tenía de volver a casa y estar de nuevo con mi familia...

- ¿En serio? – Tom pareció almacenar la información y una sonrisa se dibujó en su rostro cuando asentí... inmediatamente me abrazó – Oh Bill que bien!!! Me alegro muchísimo!!!

Rodeé con mis brazos su cintura... y apoyé mi cabeza en su hombro...

Aquel abrazo tenía algo extraño... había abrazado muchas otras veces a Tom... pero esta vez había algo... algo especial... como si no estuviese abrazando a mi hermano... sino a algo más... las pulsaciones de mi corazón se aceleraron...

Cuando Tom me soltó, noté que las pulsaciones habían parado...

Cada vez que me acariciaba la espalda, el brazo, la cabeza... cualquier parte del cuerpo... para animarme por mi recuperación... aquel sentimiento vertiginoso en mi estómago volvía a aparecer...

¿Era por la proximidad de Tom? ¿Sus contactos me provocaban todo aquello?

Será por estar tanto tiempo dormido... mi subconsciente echaría de menos a Tom...

Sin darle más vueltas, salí de la habitación con mi maleta... por el camino me encontré con el doctor... me pidió que me esperase a que mis padres viniesen a buscarme... ya que en mi estado no era bueno que anduviese mucho... pero insistí en ir a pie... mi casa tampoco estaba tan lejos... y así le daría una grata sorpresa a mi padres...

Tom y yo salimos del hospital... y esperamos en la parada del autobús de enfrente del hospital... a los pocos minutos llegó el autobús...

Entramos y mientras yo pagaba al conductor mi billete, noté que Tom ya no estaba tras de mi... sino que estaba sentado en uno de los asientos para dos personas... lo miré mal y abrí el monedero para pagar su billete...

Entonces noté como empezaba a hacerme señas negativas... para que no pagase... miré al conductor para ver si se había dado cuenta... y el hombre parecía no haberse percatado... puesto que de mala gana, cerró la puerta de entrada y comenzó a girar el volante...

Me acerqué a mi hermano, con la maleta en mano y me senté en el asiento de al lado, dándole mi maleta... que él recibió sin queja alguna...

- No tendrías que haberte colado sin pagar...

- No pasa nada Billy... por un billete no les va...

Ambos continuamos el trayecto en silencio... hasta que de pronto, una mujer algo mayor subió al automóvil... después de pagar se aproximó al centro del bus... y se quedó allí de pie... aguantándose como podía en las barras... la miré preocupado... si el bus daba un frenazo muy fuerte... aquélla mujer saldría disparada... y nadie era capaz de cederle su asiento...

Claro... sentado se está mucho mejor... podría cederle yo el mío... pero tan buen punto viese mi escayola se negaría en rotundo...

- Escucha... – Me susurró Tom al oído, provocando un fuerte escalofrío que recorrió toda mi espalda y me erizó los pelos de la nuca – Si quieres que se siente, cédele tu sitio... y siéntate encima mío...

Lo miré a la cara con las mejillas sonrojadas... ¿Sentarme sobre él? ¿Cómo cuando éramos niños? De pequeño siempre me había gustado sentarme sobre Tom... era una sensación única... pero ya no éramos críos de parvulario...

- Vamos Billy no pasa nada... podré soportar todos tus kilos!! – Dijo con autosuficiencia

- Tampoco peso tanto!!! – Contesté inflando los mofletes

Me apoyé con una mano en el asiento y con cuidado de no apoyar la pierna escayolada en el suelo... me senté sobre Tom... él me rodeó la cintura y apoyó la cabeza en mi hombro, dejándome medio tumbado sobre su pecho... la maleta había caído rodando hasta el suelo y había quedado apoyada en el cristal... pero yo no prestaba atención a lo que le pasase a la maleta... mi atención estaba completamente centrada en la persona que tenía detrás... sus brazos en mi cintura... su cabeza en mi hombro... su respiración pausada rozando mi cara con cada bocanada que dejaba ir... mi corazón palpitaba como loco... y dudaba que Tom no lo oyese...

- Dile a la señora que se siente Bill... antes de que le quiten el sitio... – Al oír la voz de mi hermano en mi oído, la razón volvió a mi y enseguida capté la atención de la mujer...

- Señora!! Siéntese aquí!! – Golpeé con la mano el asiento a mi lado y la mujer se encaminó a mi con pasos torpes... la inestabilidad del autobús no la dejaba moverse bien...

- Gracias joven... – Me sonrió y enseguida fijó la vista en mi pierna, quería preguntarme, lo sabía... pero no quería sonar grosera

- Tuve un accidente... – Respondí a su pregunta interna, contemplando mi escayola – Por suerte ya estoy mucho mejor...

Miré a la mujer a la cara... estaba sonriendo...

Unos 20 minutos después de ir en aquel autobús... llegamos a nuestra parada... Tom me dio un suave empujón para que me levantase de encima suyo... el autobús iba casi vacío... pero no me quise levantar de encima de Tom... y él tampoco me intentó apartar...

Cogí la maleta y las muletas y me dirigí a la puerta de salida... con Tom detrás preparado para ayudarme a la que me desequilibrase un poco...

Caminamos por las calles del barrio que nos había visto nacer y crecer... hasta llegar a la entrada de nuestra casa... piqué al timbre y esperé con paciencia a que abriesen la puerta... se escucharon pasos silenciosos al otro lado de la puerta... y se abrió... al otro lado estaba mamá...

En cuanto me vio se llevó las manos a la boca y hizo unas especie de sollozo... escuché tras de mi la risa disimulada de Tom... lo miré mal y luego sonreí a nuestra madre...

- Hola mamá...

Dio 2 pasos y me abrazó con fuerza contra si - ¿Qué haces aquí?

- Me dieron el alta del hospital... y cog...

- ¿Por qué no llamaste a casa? En vez de venirte solo!! – Me interrumpió – Te hubiésemos ido a buscar con el coche...

- No pasa nada mamá... – Le contesté – Estoy bien...

- ¿Como has venido?

- Cogí un bus...

Miró tras de mi con el cejo fruncido... donde pasaba un bus en aquel momento... y no supe a ciencia cierta si miraba al bus con recelo... o miraba a Tom con reproche... preguntándole silenciosamente porque había permitido que hiciese el esfuerzo de ir en autobús hasta casa en mi estado...

En ese momento Tom pareció recobrar vida... – Bueno... entremos adentro... – Murmuró, mamá se agachó un poco y cogió mi maleta de mis manos, luego me pasó un brazo por los hombros y tiró de mi hacía el interior de la casa... cerró la puerta de la entrada con fuerza... y casi deja a Tom fuera... pero este consiguió entrar...

Fruncí el cejo ante aquella actitud... ¿Qué demonios le pasaba a mamá con Tom?...

Abrí la boca para protestar por su comportamiento... pero Tom negó con la cabeza... restándole importancia...

Subimos los 3 hasta mi habitación, donde mamá dejó mi maleta... luego me sonrió acariciándome la mejilla...

- Bajaré a hacer la comida... – Me dijo – Si quieres puedes invitar a tus amigos para celebrarlo...

Abrí muchísimo los ojos - ¿A todos?

Ella asintió con mirada triste – A todos... diles que los invitamos a comer por tu reciente salida del hospital... – Asentí y la vi salir de la habitación, miré a Tom mientras cogía el móvil y comenzaba a marcar el número de Andreas para invitarlo a comer... luego llamé a Georg, Gustav, Till y Dirk... todos ellos aceptaron encantados venir a casa...

Me senté en la cama con una sonrisa resplandeciente – Va a ser genial!! Por fin mamá nos deja invitar a todos nuestros amigos... nos lo pasaremos en grande...

Tom sonrió a modo de disculpa – Bill... yo no como en casa hoy...

Me levanté de la cama de un salto - ¿Cómo?

Tom negó – Mamá ya lo sabe... he quedado con alguien para comer fuera... y no puedo cancelarlo... no sabía que te darían el alta... y prometí salir hoy...

Bajé la mirada al suelo – Sin ti no va a ser lo mismo...

Tom dejó oír su risa – No se va a acabar el mundo porque no esté...

- Para mi si... - Murmuré

Nos quedamos los 2 callados sin decir nada... hasta que Tom miró el reloj...

- Bueno Bill... tengo que irme que se me hace tarde... – Asentí con la cabeza – Tranquilo... – Me acarició la mejilla - ...volveré pronto...

Asentí y lo vi salir de la habitación... a los pocos segundos salí yo también y bajé abajo con mamá... para ayudarla a preparar la comida, mientras esperaba a que llegasen los invitados...

TSSS: bajo los focos, y si todo se descubriera? by: hada azul

Capítulo 2 – Aterradora.

Me quedé parado en la puerta. Bill me miró expectante, y me decidí a entrar. Cerró la puerta tras de mí y dio la luz.

Su suite era un poco más pequeña que la mía, pero tenía un cierto aire más acogedor. Eso es extraño en un hotel. Una de las maletas estaba abierta en el suelo y la ropa se desparramaba por los sillones de alrededor.

-Puedes coger uno de mis pijamas, aunque quizá te esté grande.

Lo miré torciendo la cabeza.

-Solo eres 4 centímetros más alto que yo.

-Más pelo – rió.

-Más pelo – concedí.

Se agachó a rebuscar en la maleta y yo fui al minibar. Saqué para él un Redbull y para mí una botellita de Martini que preparé rápidamente con hielo. Sabía que no me convenía tomar alcohol en esa situación, pero realmente lo necesitaba.

Bill me lanzó un pijama a rallas y se fue a la otra habitación a cambiarse. Me deshice de mi ropa y me puse el pijama de Bill. Olía a él.

“Para ya, Tom. No pienses más en eso. Es un día muy largo, eso es todo.” Un día detrás de otro, eso era todo.

Bill volvió a la habitación. Llevaba el pelo bajo y tenía cierto aspecto cansado. Cogió su lata y le dio un trago mientras yo daba rápida cuenta de mi bebida. De repente, me di cuenta de algo.

-¿Y dónde voy a dormir?

-En la cama – contestó él con naturalidad.

-¿Y tú?

-Contigo. ¿No me irás a decir que ahora te da corte? De pequeños lo hacíamos a menudo -se le veía con la misma ilusión que un niño. - Oh, vamos. Por los viejos tiempos.

Suspiré. “Qué remedio”, pensé.

Una de las mejores cosas de las suites suelen ser las televisiones. Y aquélla en particular no estaba nada mal. Era de plasma. Bastante grande. Estaba delante de la cama, así que Bill se tumbó y la encendió sin hacerme demasiado caso. También terminó pronto su lata.

Me tumbé a su lado. ¿Por qué se alteraba mi respiración? ¿Qué era ese nudo en la garganta?

-Bah – dijo mi hermano apagando el televisor. - La programación es tan mala a este lado del océano como al otro. Mejor dormimos, ¿vale?

Que decir que no me dejó opción. Apagó la luz y se puso de lado. De cara a mí.

Pasaron unos diez minutos de silencio, sólo interrumpidos por nuestra respiración. Podía ver claramente que él seguía despierto, la luz que pasaba por las ventanas se reflejaba en sus ojos.

-Tom... - dijo al cabo de ese tiempo.- ¿Qué te pasa?

-Nada.

-No me engañes – hablaba en susurros. La escasa iluminación me impedía ver el gesto de su cara. - Sé que te pasa algo. Llevas unos días raro conmigo. Y lo que me has dicho allí arriba...

-Olvídalo. Por favor, olvídalo. Será mejor.

-¿Por qué?

-Porque ni yo sé lo que me pasa. Nunca me había sentido así. Siento... cosas que nunca había sentido, y creo que algo está mal.

Otra vez el silencio.

-Tom... ¿No será que estás enamorado?

“¿Enamorado?”. Esa posibilidad era aterradora. Por que solo habría una persona de la que yo podría estar enamorado, y eso era imposible.

-Y... ¿puedo preguntar quién es la afortunada? - preguntó con curiosidad.

-Nadie – contesté, para continuar suspirando – Nadie... Venga, vamos a dormir -cambié de tema.

-Buenas noches, hermanito.

-Buenas noches.

Cerró los ojos y adoptó una expresión de no haber roto un plato en su vida. Al poco su respiración se acompasó. Estaba cansado.

Yo, sin embargo, no pude dormir en toda la noche. Continué dándole vueltas a aquella posibilidad que daba demasiado miedo como para aceptarla.

jueves, 25 de septiembre de 2008

TSS: Bajo los focos, y si todo se descubriera? by. hada azul

Primera Parte


Capítulo 1 - Celos y sueños

¿Cuándo comenzó todo? Según Bill llevábamos 6 meses. Si se cuenta desde el primer beso. Pero empezó antes. Creo que fue en el verano de 2008, cuando dimos el salto a USA. La gran gira. Sí, fue entonces.

Acabábamos de bajar del avión, y esperábamos a las maletas. Él estaba a mi lado, como siempre. Hablaba con alguien por teléfono. Colgó y guardó el móvil en bolsillo de su cazadora de cuero negra.

-¿Quién era? - le pregunté.

-Nadie - me respondió evasivamente.

-¿No será la famosa modelo española con la que todo el mundo te empareja?

-¿Mónica? No, claro que no - rió. Su sonrisa, a pesar de sus descolocados dientes, era perfecta. Ya me había percatado antes, pero hasta entonces no me había deslumbrado como lo hacía en esos momentos. -¿Acaso estás celoso?

-¿Celoso? ¿Yo? -reí estruendosamente. Quizá demasiado. ¿Qué me pasaba?

No podía estar celoso de la supuesta novia de mi hermano, ¿no?

Afortunadamente, Bill no notó que me había puesto nervioso. Decidí no darle más importancia al asunto.

Hasta aquella noche.

Estaba en el baño del hotel, lavándome los dientes, cuando escuché que alguien llamaba a mi puerta. Me enjuagué y fui a mirar. Era él. Bill. Llevaba la misma ropa que por la mañana, algo raro en él.

Le abrí la puerta y entró. Se le notaba nervioso.

Nos sentamos en el sofá del salón. Al ser una suite, era bastante amplia, pero él quiso sentarse a mi lado.

-Tom, tengo que hablar contigo de algo que... - no me miraba a los ojos. Vi cómo un leve rubor acudía a sus mejillas.- que hace un tiempo que me pasa y... No sé como decírtelo... Es difícil.

Levantó los ojos y los fijó en mí. Estaba claramente turbado.

-No hace falta que lo digas, ya sé lo que es - le infundí confianza yo.

Sonrió y se acercó un poco más a mí.

-¿Entonces...? - preguntó.

Asentí con la cabeza.

Acerqué mi cara a la suya mientras él cerraba los ojos y entreabría la boca. Nuestros labios estaban a punto de rozarse cuando sonó el teléfono y abrí los ojos.

Todo estaba a oscuras y Bill no respiraba a mi lado. Me di cuenta de que había sido un sueño. Cogí el teléfono.

-¿Quién?

-¿Qué haces que no estás aquí? Habíamos quedado hace media hora. Y tienes a una encantadora señorita esperándote - la voz de Georg me hizo volver a la realidad. Groupies.

-Vale tío, ya voy.

No me iría mal una chica para olvidar el sueño.

Me cambié de ropa y llegué a la habitación de Georg, donde nos había llamado. Estaban los tres. Gustav hablaba animadamente con una chica muy guapa. Georg lo miraba celoso desde el otro extremo. Seguro que estaba pensando que él la había visto antes. Una morena se sentaba a su lado, muy cerca de él. Pero mis ojos se detuvieron en mi hermano.

Una chica rubia descansaba en su regazo, y él la miraba embobado. Aquello no era típico de mi hermano. Él no era un chico de groupies. Sin embargo, con aquella se le veía muy animado.

Sacudí la cabeza y me dirigí hacia el sillón que quedaba libre, al lado del cuál había una chica morena que no tardó en abalanzarse sobre mí. No era fea, pero tampoco guapa. O quizá sí, pero yo ese día era incapaz de verlo.

Las palabras fueron pocas. Unos diez minutos después ya estaba comiéndome la boca. Yo le contestaba con todo el afán que podía, pero estaba descentrado. La imagen de Bill en mi sueño me acosaba cada vez que besaba a aquella chica.

Abrí los ojos y le pedí espacio para respirar. Pero fue una mala idea. Volví la cabeza involuntariamente en dirección a mi hermano y lo vi besando a la rubia. Se me hizo un nudo en la garganta. Cerré los ojos y volví a besar a la chica. La manoseaba. La mordía. Pero el recuerdo de Bill me golpeaba con fuerza la cabeza.

-¡Ay! - gritó la chica que estaba sobre mí, llevándose la mano a los labios, donde mis dientes le habían hecho una pequeña herida.

"¿Qué estás haciendo, Tom?" me pregunté. La risa que Bill le dedicó en ese momento a la rubia me terminó de descolocar.

-Perdona - murmuré, mientras me levantaba y abandonaba la habitación. Ya a solas en el pasillo empecé a correr.

Subí a la terraza del hotel y me desplomé en el suelo. A aquellas horas de la noche no había nadie.

Media hora después me di cuenta de la situación en la que estaba. Me levanté y me acerqué a la cornisa, observando el alto cielo americano. Los Ángeles, como cada noche, vivía a la luz de las farolas y los neones de la ciudad. No escuché como la puerta de la terraza se abría.

-Así que estás aquí... Llevo como media hora buscándote - su voz provocó un escalofrío en mi espalda.

Se acercó y se acodó sobre la barandilla, a mi lado. Mirando la ciudad.

-Es preciosa.

-Si.

Las preguntas martilleaban mi mente sin permitirme disfrutar del silencio. No aguantaría mucho más aquella situación.

-¿Qué quieres? - pregunté en el tono más cortante que pude.

-¿Qué te pasa? Llevas un par de días raro. Soy tu hermano, no pienses que no me doy cuenta.

-¿Qué me pasa? - me volví hacia él. Mi cara era una mascara de ira- Lo que me pasa eres tú. Déjame en paz de una puta vez.

El odio imprimido en mis palabras le dolió. Lo pude ver tan claramente que enseguida me arrepentí de haberlo dicho. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué me comportaba así?

Bill no dijo nada más y yo me largué de allí.

Bajé hasta mi habitación y me llevé la mano al bolsillo para coger la llave. "Mierda". No estaba. Le pegué una patada en la puerta.

-¡Dios! -grité, saltando por el dolor. -¿De que mierdas hacen estas puertas?

-Esa es de caoba - mi hermano acababa de bajar de la terraza. - Te has quedado fuera y sin llave, ¿verdad?

-Sí, voy a recepción a por una.

-¿Ahora los vas a despertar?- parecía haber olvidado lo que había pasado apenas cinco minutos antes. - Anda, quédate esta noche en mi habitación. De todas formas Avril me debe odiar a estas alturas - dijo con cara apenada.

Introdujo la tarjeta en la ranura de la puerta de su habitación y me cedió el paso.

TSS: Bajo los focos, y si todo se descubriera? by. hada azul

Introducción

Sus brazos me aprisionaron contra la puerta, impidiéndome escapar, mientras su boca recorría lascivamente mi cuello. Intenté separarle de mí, pero no tuve éxito.

-Oh, vamos Tom - me suplicó con aquella voz susurrante.

-No podemos, Bill. Es muy arriesgado. Ni siquiera han salido todas las fans del estadio aún.

Había sido un concierto perfecto. Los cuatro habíamos brillado sobre el escenario, y los gritos de las fans habían competido en potencia con los altavoces. ¿Qué mejor forma de celebrarlo que aquella? Aún así, era demasiado arriesgado, era mejor dejarlo para cuando llegáramos al hotel, donde nadie nos pudiera molestar.

El problema era que mi hermano no pensaba igual.

Se separó de mí y me miró con curiosidad.

-¿Cuál ha sido el lugar más extraño donde lo has hecho?

"¿Qué te pasa Bill Kaulitz? No eres de los que hablan en momentos así", pensé.

-No sé, en un ascensor, posiblemente -contesté sin saber de qué iba aquello.

-Esa vez no fue conmigo -hizo un mohín, que cambió por una seductora sonrisa - ¿No quieres probar en un camerino?

"Oh, vale, ya veo a dónde quieres llegar"

-No empieces otra vez. Gustav y Georg están en las duchas y... - interrumpió mis palabras atrapando mi piercing con sus dientes.

"Qué demonios" fue lo último que pasó por mi mente antes de entregarme a los besos de mi propio hermano.

Los dos sabíamos que yo era más salvaje. Mordí su cuello con afán vampírico, sin importarme la marca que le dejaría. No era la primera vez. Él introdujo las manos bajo mi camiseta, hasta llegar a mi pecho. Estaban mortalmente heladas en contraste con el calor de mi cuerpo. Le ayudé a quitarme la camiseta y le hice hacer lo mismo. Su piel era un poco más clara que la mía. Recorrí su pecho con mis labios, y le fui empujando ligeramente hasta que acabamos los dos en el suelo. Yo estaba sobre él. Su diminuto cuerpo parecía romperse ante mis besos.

Enredó sus brazos sobre mi cuello, acercándome aún más a él, mientras me besaba suavemente la comisura de los labios. Moví la cabeza para hacer que se encontraran e introduje mi lengua en su boca, jugueteando con su piercing. Nos besábamos suavemente, con dulzura. Nos costaba respirar.

En ese momento escuchamos un ruido detrás nuestra y, al volvernos, el flash de una cámara nos deslumbró.

Una foto de las dos estrellas más brillantes del panorama musical europeo en esa actitud. Podría hacer mucho daño. Pero me estoy adelantando a los hechos. Debería contar primero como acabé besando a mi propio hermano. Como acabé sintiendo esto por él.

Esta es mi historia.

martes, 23 de septiembre de 2008

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Animación de los VMA



>.< fijaos como Tom se muerde el labio justo cuando va a pasar por delante de Bill, y este sonrie *-*

Touch your hand by: Safufu